La música forma parte de la vida de las personas. Un gran parte. Es tanta la influencia de la música en nuestras vidas, que muchas veces influye en nuestros procesos de compra. Gracias a las melodías podemos identificar a las marcas e incluso reflejar sentimientos hacia ellas.
La música comunica. La música transmite. La música es capaz de levantar nuestro estado de ánimo. La música cuenta historias.
La música sirve para entretenerte, para inspirarte, para emocionarte, para motivarte. Y todas las empresas la utilizan para sus campañas de marketing y publicidad. Seguro que ahora mismo os vienen a la cabeza melodías y canciones de anuncios de televisión o de campañas de Youtube. Algunas las recordareis con una sonrisa, otras os parecerán molestas e incluso os indignarán.
Lo que más llega al ser humano a través de la música son las historias. Cuando una historia llega al corazón, no se nos olvida. Los programas como The Voice lo reflejan muy bien. La mayoría de las veces, los participantes, además de cantar como los ángeles, sorprendernos con sus timbres de voz o con sus movimientos, tienen una historia que contar. Por encima de todo. Nos emocionan. Nos hacen reir y llorar. Y eso vende. Vende porque las personas vivimos de relaciones y todas tenemos sentimientos y emociones. Y eso no va a cambiar nunca.
¿Recordáis la historia de Harrison Craig? Harrison fue el ganador de la segunda edición del Talent Show The Voice en Australia. Si veis el vídeo, os daréis cuenta de que canta genial. No cabe duda. Pero, lo que más nos llegó a todos fue su historia. Harrison es tartamudo y consigue olvidarlo cuando se pone delante de un micrófono. Ha superado y lo sigue haciendo día a día numerosos obstáculos por conseguir su sueño.
Este vídeo ha alcanzado las 37.475.864 visualizaciones en Youtube. Fue lo más buscado en Google y ha sido de lo más popular en la red durante días.
Queda claro que es un elemento fundamental y casi necesario en cualquier historia que queramos contar.